El entorno que elegimos refleja nuestras creencias y pensamientos más profundos. Al rodearnos de personas y situaciones que retroalimentan nuestro propósito de paz y crecimiento, damos espacio a nuestra mente para expandirse y alinearse con la verdad. Esto nos recuerda que el mundo externo siempre será un reflejo de nuestra percepción interna. Aplica tanto a pequeña como a gran escala, pues si hemos venido a este mundo es, precisamente por nuestra «necesidad» de sanar.
Crees que formas parte del lugar donde piensas que estás. Eso se debe a que te rodeas del medio ambiente que deseas. Y lo deseas para proteger la imagen que has forjado de ti mismo. L.35.2:1-3
El entorno que nos rodea tiene un impacto a nivel profundo en nuestra percepción y en cómo interpretamos la vida. Tal como explica el video, las personas que elijamos tener cerca pueden afectar a nuestra mentalidad y nuestra forma de ver el mundo, ya que las usamos para retroalimentar nuestras creencias. Según Un Curso de Milagros, nuestras mentes están conectadas, y los pensamientos que compartimos tienen efectos aquí. Rodearnos de paz y positividad no solo transforma nuestra percepción, sino que también ilumina a quienes nos rodean.
Hoy volvemos a hacer hincapié en el hecho de que las mentes están unidas. Rara vez se acoge bien esta idea al principio, puesto que parece acarrear un enorme sentido de responsabilidad, e incluso puede considerarse como «una invasión de la vida íntima». Sin embargo, es un hecho que no existen pensamientos privados. A pesar de tu resistencia inicial a esta idea, ya entenderás que para que la salvación sea posible, esta idea tiene que ser verdad. Y la salvación tiene que ser posible porque es la Voluntad de Dios. L.19.2
