Saltar al contenido
Portada » Práctica » Antes de nacer elegiste tu historia

Antes de nacer elegiste tu historia

El tiempo, entonces, se remonta a un instante tan antiguo que está más allá de toda memoria, e incluso más allá de la posibilidad de poder recordarlo. Sin embargo, debido a que es un instante que se revive una y otra vez, y de nuevo otra vez, parece como si estuviese ocurriendo ahora. Y así es como el alumno y el maestro parecen reunirse en el presente, encontrándose el uno con el otro como si nunca antes se hubiesen conocido. El alumno llega en el momento oportuno al lugar oportuno. Esto es inevitable, pues hizo la elección correcta en aquel viejo instante que ahora revive. (M.2.4:1:5)

Nada en nuestra vida es casualidad. La familia en la que nacemos, las circunstancias que vivimos y las experiencias que enfrentamos ya fueron elegidas por nosotros antes de venir aquí.

No estamos atrapados en patrones familiares por azar. Nosotros elegimos esas circunstancias porque sabíamos que ahí encontraríamos las lecciones que necesitamos aprender.

Cada encuentro, cada relación, cada reto ya estaba planeado desde un instante muy antiguo previo a esta experiencia. Pero no para limitarnos, sino para darnos la oportunidad de recordar quiénes somos realmente sanando las creencias que ya existían antes de llegar aquí.

Si hoy te permitieras ver tu historia con esta certeza, ¿cómo cambiaría tu perspectiva?

Nada es un accidente

«Toda decisión que tomas es invariablemente la respuesta a la pregunta: ‘¿Quién es mi padre?’ Y serás fiel al padre que elijas.» T.11.In.1:7-8

Nada de lo que nos sucede es un accidente. No estamos aquí por azar ni atrapados en un linaje de sufrimiento sin elección. Nosotros elegimos nuestra familia antes de nacer porque su historia resuena con las lecciones que vinimos a aprender.

La genética y la epigenética pueden hablar de herencia biológica, pero la mente es anterior a todo eso. La resonancia mental es la verdadera causa de nuestra elección familiar.

No somos víctimas de lo que nos precedió. Elegimos con anterioridad a venir aquí exactamente las condiciones que van a facilitar nuestro aprendizaje, y luego firmamos el olvido para poder experimentar una immersión profunda en la creencia a través de la experiencia. Si lo recordáramos, en lugar de sentirnos atrapados en patrones familiares, los usaríamos como herramientas para trascenderlos.

Si hoy supieras con certeza que tú mismo elegiste esta historia, ¿cómo cambiaría tu percepción de ella?  ¿Qué decisión quiero tomar hoy al respecto?

Deja una respuesta